martes, 13 de diciembre de 2011

Fechas para la gira 2012

13 y 14 de enero en Málaga
del 24 al 29 de enero en Valencia
del 8 al 12 de febrero en Sevilla
10 de marzo en el Pueto de Santa María

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martes, 6 de septiembre de 2011

Cuaderno pedagógico

El CDN edita Cuadernos Pedagógicos sobre los montajes de mayor interés educativo. Concebidos como material de apoyo docente en el aula, contienen un análisis literario del texto dramático, un conjunto de textos escritos por todos los responsables del equipo artístico que intervienen en cada producción, una propuesta de actividades y de comentario de texto y unas tablas cronológicas para situar al autor en su contexto histórico y social.

Los Cuadernos Pedagógicos se editan y envían gratuitamente a centros de enseñanza, universidades, asociaciones culturales, casas de cultura, escuelas oficiales de idiomas, centros de educación de personas adultas, etc. Se procura que el envío coincida con los días previos al estreno para que los profesores o responsables de grupo tengan tiempo de preparar con antelación su asistencia a la representación.

Aquí tenéis el enlace para descargar el cuaderno pedagógico de Yo, el heredero.

Yo, el heredero, de Eduardo De Filippo (Traducción: Juan C. Plaza-Asperilla)

lunes, 29 de agosto de 2011

Personajes

A.- PERSONAJES EN ESCENA

1.- Ludovico Ribera: (Próspero II). Hijo de Próspero Ribera. Físicamente, y como era habitual en las creaciones de los protagonistas de De Filippo, sus rasgos pertenecen a los de una persona madura (pelo gris, piel morena y arrugas). No se sabe de dónde procede; se dice, sin concretar demasiado, que viene del mar. Él mismo narra una historia de su vida de difícil certificación: huérfano, criado por una portera y un marinero, periodista sin título, navegante de un velero, pescador, contrabandista, viajero. Al final de la obra afirma también poder ser un asesino. Se trata de un personaje extraño e inquietante llegado del exterior y que será el detonante desestabilizador del resto de los personajes, muchos de los cuales le calificarán como pirata, canalla, caradura, sinvergüenza, delincuente, timador, ladrón, vago, perezoso, dormilón, etc. Sin embargo, entre sus virtudes se encuentra la de ser observador, estratega, hombre experimentado, diestro en tácticas de sorpresa y gran conocedor del alma humana. En ciertas ocasiones pudiera parecer una especie de demiurgo o mago por ese extraño poder que ejerce sobre el otro.

Encarna el espíritu denunciador de Pulcinella, una figura misteriosa, bufonesca, cómica y reflexiva que con un comportamiento lleno de ironía tratará de desenmascarar la ingenua e hipócrita bondad de la burguesía acomodada. Pero no sólo, también personifica a otra de las grandes figuras del teatro universal, Próspero, el protagonista de La Tempestad de Shakespeare (obra enormemente admirada por Eduardo, y que tradujo al dialecto napolitano característico del siglo XVII. Lo hizo en 1983, justo un año antes de su muerte). Próspero había sido enviado a morir al mar en una barca junto a su hija Miranda (personaje que muestra connotaciones con el de Bea). Sobrevivió en una isla donde aprendió magia y ciencias ocultas para así poder controlar y dominar a los otros. Al igual que el protagonista del dramaturgo inglés, Ludovico no deseará tanto la venganza como cierta concienciación y arrepentimiento de los personajes. Por otra parte no hay que olvidar el peso que tiene en la obra la ciudad de Nápoles. En el memorable epílogo final , Próspero afirmará:

Ahora magia no me queda
y sólo tengo mis fuerzas,
que son pocas. Si os complace,
retenedme aquí, o dejadme
ir a Nápoles.

Con su vuelta a Nápoles, Ludovico reclamará la herencia afectiva en casa de los Selciano. Exigirá ocupar el lugar de su difunto padre y demandará lo que considera un legítimo legado de sentimientos, derechos, obligaciones, objetos, situaciones y burlas; en su defecto requerirá una elevada compensación económica. La oposición de la familia Selciano obligará a Ludovico a utilizar la amenaza y la violencia con una pistola heredada de Próspero I.

Poco a poco Ludovico irá desenmascarando posiciones, circunstancias y caracteres de todos y cada uno de los personajes: la vida de sumisión, privaciones y sacrificios de Bea, así como su miedo a buscar su propio camino, el desprecio que siente hacia sí misma y su infelicidad. Las exageraciones del comportamiento prepotente de Margherita. La intromisión por parte de los Selciano en la vida de su padre, y su responsabilidad en su envilecimiento por haberle brindado una vida fácil, libre de compromisos y obligaciones. El peligro del exceso de caridad, que por una parte conlleva de forma inevitable a la desidia del auxiliado, y que por otra, en el auxiliador esconde el deseo de posesión y de dominio del hombre por el hombre La complicidad de la policía con las clases acomodadas. Las bromas pesadas de Ernesto, el criado, confabulado con la familia. La pasión de Dorotea por su padre, su romance secreto con él y sus amenazas de suicidio. El latrocinio cometido por el administrador Lorenzo De Ricco a través de sus comisiones en las ventas. Y por último, las pérdidas y deudas en el juego de Amedeo.

2.- Amedeo Selciano: Abogado. Constituye el antagonista del personaje de Ludovico Ribera y representa el orden, la autoridad y la razón así como el eje del modelo de familia cristiana. Para él lo importante es el deber familiar, social y religioso y tiene muy en cuenta sus manifestaciones externas: el orden en la mesa, el vestir, los horarios. Se califica a sí mismo como “hombre decente y hombre de principios” y ejerce la caridad porque espera a cambio que Dios le ayude tanto en cuestiones de salud como en su vida profesional y social. Procura utilizar un lenguaje en el que predominan la lógica y los razonamientos de base jurídica y económica. Todo aquello que se salga de estos cánones le irrita notablemente. Sin embargo, debajo de esa respetable apariencia se esconde alguien que es capaz de cometer acciones que entran dentro de la ilegalidad: soborno, juego, robo. Su pasado no está exento de una juventud llena de excesos y caprichos propios de los hijos malcriados de la burguesía. A veces no consigue alcanzar la autoridad que se presupone debería tener, y en algunas ocasiones es juzgado como un hombre falto de inteligencia.

3.- Margherita: Esposa de Amedeo. Orgullosa de su posición y su poder, coordina las labores de beneficencia, en concreto las que competen a la infancia. Ejercita su labor social más por deber que por placer y le molesta profundamente que no se agradezca su obligada caridad. Se siente muy superior a todos aquellos a quienes presta ayuda, incluso desprecio, como el que muestra por Bea. En ocasiones se rebela contra su marido cuando observa que no es capaz de imponerse como figura patriarcal y le instiga para implantar orden. Es de carácter contrariado, agresivo, irascible, rencorosa e irritable y con cierto punto de amargura probablemente debido a su insatisfacción matrimonial. Es llamativo que acuse tanto a Dorotea como a su marido por ejercer una caridad interesada, quizá ello se deba por ser el personaje que menos favorable se muestra hacia la beneficencia en su sentido religioso. Para ella la caridad representa un trabajo social en el que desempeña funciones de mando.

4.- Adele: Hermana de Amedeo. Es con toda probabilidad, de entre todos los personajes quien muestra con mayor autenticidad su empatía hacia el prójimo. Denuncia tanto la avaricia y la soberbia del benefactor como el resquemor del necesitado. Desearía que las acciones de asistencia y protección tuvieran por ambas partes un fondo de auténtica solidaridad. Es probable que todo ello se deba a sus circunstancias personales. Adele es una mujer separada (en otras versiones divorciada) que ha sido acogida de nuevo en el seno de la familia patriarcal. Su fracaso no es económico, como el de Bea, sino emocional. Al igual que ella comparte una situación de acogimiento que le obliga a tener que mostrar una tácita gratitud. Esta situación anímicamente similar hace que comprenda mucho mejor que el resto de la familia Selciano, las circunstancias particulares de Bea. Sin embargo no todo en ella es tan honesto como parece. No renunciará a la satisfacción de sus deseos y pasiones. Lo hará de de manera oculta para seguir manteniendo su situación acomodada y de respeto social. Una vez descubierta, se mostrará desafiante.

5.- Dorotea Selciano: Hermana del difunto Matteo Selciano y por lo tanto tía de Amedeo y Adele. Soltera. Mujer robusta y llena de salud. Ejerce activamente la caridad por orfanatos y hospitales vestida de manera elegante, lo que no deja de ser una forma de arrogancia contra los más desfavorecidos. Utiliza a Bea como una criada en sus labores filantrópicas. Tras su fachada honorable se esconde la historia de una mujer de secretos inconfesos, citas amorosas y amenazas de suicidio, así como alguien que se siente fracasada en el amor y no exenta de romanticismo.

6.- Bea: Joven de 17 años, huérfana, hija de la difunta portera encargada del despacho de abogados de los Selciano. Vive con la familia gracias a su generosa caridad. Acata sumisa todo lo que sus benefactores disponen para ella y se muestra incapaz de ser independiente y poder crecer por sí misma. Se siente siempre en deuda hacia quienes se han ocupado de ella y quizá por este motivo sufre de forma psicosomática constantes dolores de cabeza. La aparición de Ludovico es el factor clave de su transformación. Es él quién hará que se cuestione su austero modelo de vida, la hipócrita caridad de sus benefactores y el pesado lastre de la gratitud. Ludovico la incita a la rebelión para poner fin a su infelicidad. Será en el tercer acto donde Bea lleve a cabo un sorprendente cambio físico y psíquico. Convertida en una nueva mujer y animada por Ludovico, abandonará su familia de acogida y comenzará una nueva vida, que a pesar de los peligros, posibilitará su autoafirmación.

7.- Lorenzo De Ricco: Administrador de la familia Selciano. Siempre en una situación de deferencia y pleitesía con respecto a ella. Adulador, atento y solícito. Conocedor de los libros de contabilidad puede dar cuenta precisa del gasto correspondiente a la educación y manutención de Bea. Ejerce también la caridad, pero paradójicamente califica como “gentuza” a los necesitados. Desprecia a Ludovico, a quien llega a amenazar con gran violencia verbal. Incita a Amedeo para que lo eche a la calle acusándolo de ladrón, corrupto e instigador de sobornos y cobros de comisiones ilegales. Sin embargo, en el pasado, ha sido él mismo quien ha cometido ese tipo de delitos y en connivencia con el padre de Ludovico.

8.- Caterina: Criada que, además de trabajar para los Selciano, debe hacerlo para Ludovico, satisfaciendo sus necesidades del mismo modo que satisfacía las del padre. Será la encargada de llevarle todas las mañanas el café a su cama. Es mujer de carácter vivo y despierto en especial en el trato con sus iguales. Conocedora de la anómala situación de Bea, se atreve a hacerle objeciones que no haría al resto de la familia.

9.- Ernesto: Criado, que con la complicidad de los Selciano, hacía bromas, algunas de mal gusto, a Próspero, el padre de Ludovico, con el objeto de divertir a la familia. Heredará esta misma función con respecto al nuevo huésped.

10.- Cassese: Sastre encargado de realizar los trajes tanto del difunto Matteo Selciano como del difunto huésped, Próspero Ribera, a quien lleva los últimos que fueron encomendados para su padre. Perfeccionista y puntilloso con su oficio se desespera por la mala imagen que puede resultar de una indumentaria que no se ajuste a la medida. El traje en esta comedia de Eduardo tiene un gran valor simbólico ya que las hechuras del mismo remiten de forma indirecta y metafórica a las de la máscara de Pulcinella.

11.- Primera y segunda señora: realizan labores de costura destinadas a la beneficencia y que son coordinadas por la dueña de la casa, Margherita. Orgullosas de su trabajo compiten tácitamente la una con la otra en la elaboración de los trajes con ropa usada destinadas a los niños. Mientras trabajan cantan una canción cuya letra hace referencia a su labor benéfica.



B.- PERSONAJES DIFUNTOS


12.- Próspero Ribera: (Próspero I): Padre de Ludovico, recientemente fallecido de un ataque al corazón. Abandonó a su mujer y a su hijo, Ludovico, cuando éste tenía cuatro años. Permaneció treinta y siete años en casa de los Selciano. “Uña y carne” con Matteo Selciano a quien conoció en el colegio. Su vida, a diferencia de la de su amigo, siguió un rumbo de pobreza y miseria. Es reservado y misterioso en lo que respecta a su historia personal, pero simpático, abierto y divertido en su relación social con los Selciano. Muy querido por todos. Culto, con gran memoria, conocedor de los clásicos, la literatura, la física y el mundo del derecho (Estas ansias de estudio y cultura nos remiten al personaje de Próspero de La Tempestad de Shakespeare). Su amigo Matteo confiaba en él tanto en cuestiones procesales como económicas. Una violenta discusión entre ambos estuvo a punto de dejarle en la calle, justo al comienzo de su vejez, lo que le obligó a adquirir un revólver, para utilizarlo en caso de que se repitiera una situación similar.

13.- Matteo Selciano: Difunto padre de Amedeo y ejemplo a seguir. Su consigna era “Haz bien a todos, que ya se encargará la mano de Dios de separar el trigo de la paja”. Hombre del mundo del derecho trabajaba en el Tribunal.

14.- El abuelo Selciano: Hombre del que se cuenta que también ejerció la caridad regalando la ropa de abrigo que llevaba puesta a costa de caer gravemente enfermo.





C.- PERSONAJES FUERA DE ESCENA

Uno de los espacios característicos de las obras de Eduardo suele ser el salón comedor familiar, sin embargo, ese espacio interior e íntimo, suele llenarse de “exterioridad” con la aparición de numerosos personajes (conductores de tranvía, porteros, taxistas, desempleados, dependientes, camareros, vecinos, etc.). Es curioso que si bien las escenas de calle no suelen ser frecuentes en las obras de Eduardo, la calle napolitana siempre está presente de forma indirecta.

En Yo, el heredero ocurre lo mismo. La aparición de ciertos personajes - el sastre, el administrador, las señoras de la beneficencia -, o la mención por parte de los protagonistas de personajes que no aparecen físicamente en la obra, ayudan a construir el dinamismo y ajetreo de la sociedad napolitana. En concreto en esta comedia se alude a zapateros, peluqueros, dependientes, cocheros, procuradores e incluso se hace referencia al puerto (Hotel La Sirena) o al ajetreo de la calle Il Rettifilo, la calle Umberto I, una de las calles más conocidas y elegantes de Nápoles. Curiosamente esta vía es un símbolo de la hipocresía burguesa ya que con su construcción palaciega se pretendía ocultar la pobreza y la vergüenza de las barriadas más populares.

Por último y debido a la particular temática de la obra no hay que olvidar las numerosas alusiones a las personas beneficiadas por la caridad cristiana. En boca de los personajes burgueses los necesitados son definidos como “gentuza”, “masa”, “envidiosos” e “hipócritas” por sus falsas palabras de agradecimiento. Eduardo critica esta injusta consideración de los auxiliados, pero curiosamente tampoco les justifica, ya que será en el entorno de uno de los actos de beneficencia donde se produzca el robo del broche de Dorotea, lo que les convierte de forma inevitable en “ladrones”.

jueves, 25 de agosto de 2011

Información y reparto

Yo, el heredero

de Eduardo De Filippo

Dirección

Francesco Saponaro

Producción

Andrea D´Odorico

Traducción

Juan C. Plaza-Asperilla

Funciones

16 de septiembre a 23 de octubre de 2011

De martes a sábados, a las 20.30 h

Domingos, a las 19.30 h

Teatro María Guerrero

C/ Tamayo y Baus, 4

28004 Madrid

Centro Dramático Nacional | Prensa

Teléfonos 913109429 – 913109425 – 913109413 – 609052508

prensa.cdn@inaem.mcu.es

http://cdn.mcu.es/



Reparto (por orden alfabético)

Lorenzo: Fidel Almansa

Ludovico: Ernesto Alterio

Primera Señora: Beatrice Binotti

Dorotea: Concha Cuetos

Segunda Señora: África García

Ernesto: José Luis Martínez

Bea: Rebeca Matellán

Caterina: Natalie Pinot

Amedeo: José Manuel Seda

Adele: Mikele Urroz

Margherita: Yoima Valdés

Cassese: Fernando Tejada

Sinopsis

Yo, el heredero es una comedia amarga sobre la herencia y sobre la caridad cristiana, sobre todo el patrimonio de «falsos valores» que una familia de jóvenes, ya envejecidos en su papel, transmite y conserva de generación en generación. Es la historia de un extranjero venido del mar, cuya llegada alcanza en casa de los Selciano las proporciones de un acontecimiento revolucionario, como un viento de tramontana que altera y corroe la fachada respetable y bien educada de la burguesía.

Eduardo somete su dramaturgia a la métrica del teatro puro. Tiene plena conciencia de los sentimientos humanos y pasa con soltura del registro dramático al cómico. Lo hace prestando a los personajes que representa la sonrisa agria del desencanto y su sabiduría de gran actor. Más que un autor de escritorio es un analista cáustico y feroz, irónico y descarado, que registra con precisión obsesiva las contradicciones y las paradojas del género humano, dándole la vuelta al sentido común detrás del cual se esconde una verdad que nunca resulta consoladora.

Con Yo, el heredero afronto por primera vez un texto de Eduardo De Filippo, tras haberlo amado y deseado durante años, como se desea el encuentro con un compañero secreto con quien se sueña a menudo.

FRANCESCO SAPONARO

Director

martes, 23 de agosto de 2011

Bienvenidos, muy pronto estaremos con vosotros

El próximo septiembre se estrenará "yo, el heredero" en el Teatro María Guerrero de Madrid. Una obra de Eduardo de Filippo, dirigida por Francisco Saponaro.

Muy pronto más información.